Practicar la expresión escrita: Una carta para ti

Hace unos días me comunicaron que mi dinámica para practicar la expresión e interacción escritas “Una carta para ti” había sido elegida…¡y con mención especial! Me hace ilusión formar parte del espacio de formación “Profes que cuentan” del campus virtual Difusión. 

aprender español

Y bueno, como no todos los profes/alumnos tienen acceso al campus, algunas compañeras me han pedido que explique esta actividad… ¡pues ahí va!

Yo la he utilizado en los primeros días de clase, en nivel B1, con estudiantes adultos universitarios; pero se puede adaptar perfectamente a otros niveles y contextos de aprendizajes. Ahora veréis por qué.

¿Cómo es la secuencia?

1. Empiezo la clase proyectando una carta manuscrita por mí en la que me presento y cuento algunas cosas: de dónde soy, qué aficiones tengo, algún dato curioso, etc.

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Así rompemos el hielo y les ofrezco un modelo de lo que tienen que hacer. 

2. A continuación, los estudiantes cogen un folio, escriben una carta y la firman. El texto debe ser breve  -unas diez líneas- con la información más relevante y algún dato curioso. 

3. Después, escriben otra carta exactamente igual; pero en esa incluyen algún dato falso.

4. Recojo las cartas y las reparto aleatoriamente por la clase. Cada estudiante recibe dos cartas, firmadas por dos compañeros diferentes, a las que tienen que contestar.

5. El siguiente paso es devolverles las cartas respondidas y empezar a mantener una correspondencia. A los pocos minutos comienza el caos 😂 …empiezan a recibir las respuestas a las cartas en las que ellos/as se presentaron… y se les acumula el trabajo.

* Es importante que las respuestas no sean muy largas; de esta manera se mantienen el dinamismo en la clase.

¿Qué hago yo mientras?

Durante todo este proceso, yo voy moviéndome por las mesas, corrigiendo, resolviendo dudas y copiando alguna de los errores que se repiten -el saludo en las cartas, imperfecto/indefinido, etc.- para comentarlos al final de la clase.

¿Por qué me encanta esta actividad?

En primer lugar, porque la producción es altísima: en total están manteniendo correspondencia con 4 estudiantes y, lo que es más importante, lo están pasando bien. Además, se trata de una muestra espontánea, lo cual es aún más valioso en los primeros días de clase: nos ayuda a conocer el nivel real del grupo.

Es divertido, porque a veces el grupo no se conoce y tienen que ir preguntando quién es el compañero/a que les ha escrito. El hecho de tener que encontrar o incluso mantener una mentira le añade un extra de emoción.

Al final de la sesión (en mi caso eran 90 minutos), se corrigen en pleno algunos errores generalizados y se pregunta si alguien ha descubierto una mentira, si tienen cosas en común con sus compañeros, etc.

A pesar de todas las ventajas que tiene esta actividad tan simple, he de reconocer que lo que más me gusta es que cambia el clima de la clase: nos acerca a todos los integrantes del grupo (profe y estudiantes) y el resultado es una clase más cohesionada.

Si aún no te he convencido, ¿por qué no la pruebas tú? Espero tus comentarios.

Y recuerda, si te gusta escribir y quieres corregir tus textos, haz click aquí.

¡Nos vemos en las clases o en las redes!

Maribel

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